jueves, 16 de noviembre de 2023

Palabras póstumas al autor del huayno "Pirqueña"

Escribe: Pedro N. Castañeda Pardo 

Foto del recuerdo. 01 de mayo del 2015 en Huaral, el autor de la nota y Alomías Enrique Parraguez Retuerto.
Foto del recuerdo: 01 de mayo del 2015, en Huaral, el autor del presente artículo y el recordado, Alomías Enrique Parraguez Retuerto (izquierda), quien escribiera "Pirqueña".

No hace mucho, una penosa noticia conmovió a la comunidad huaralina, cuando se hizo público la repentina muerte del connotado ciudadano, Alomías Enrique Parraguez Retuerto. 

Este egregio ciudadano, natural del distrito de Pacaraos, pertenecía a la Policía Nacional del Perú (antes Guardia Civil). Durante su existencia llegó a trabajar en Pirca, capital del distrito de Atavillos Alto, provincia de Huaral. Hombre activo y visionario supo ganarse a la juventud de la década de los 80 y, rápidamente,  organizó la liga distrital de fútbol de Atavillos Alto, la misma que mereció el reconocimiento de la Federación Departamental de Lima, con la Resolución N° 005-FDLP-81 del 22 de junio de 1981. Entre los equipos de fútbol integrantes del reconocimiento oficial figuraban los siguientes: Club Deportivo “Atlético Milán”, Club Universitario de Deportes, Centro Cultural “José Carlos Mariátegui”, “Santa Rosa” Fútbol Club (Reestructurado del Centro Cultural “Halcón de Oro”). Todos estos equipos eran de “San Pedro de Pirca” y gradualmente se incorporaron representativos de los demás pueblos. 

Así se dio inicio a la liga distrital de Atavillos Alto, donde la prioridad siempre fue el deporte, destacando el fútbol que, semana a semana,  hacía que los jóvenes corearan los logros de sus equipos.

Tuve la suerte de hacer amistad con el Sgto. Parraguez, como lo conocía la población ; pues, para entonces, me encontraba estudiando en Lima y rápidamente nos hicimos amigos. Alomías, era un hombre sencillo, nunca hacía gala de su autoridad, por lo que se ganó el respeto de la población y tuvo la capacidad de organizar a la juventud que, quizás, en estos tiempos ya se habrán olvidado.

Como autoridad supo involucrarse con la población y eso permitió granjearse la simpatía de los pobladores de Atavillos Alto. 

Alomías Enrique Parraguez Retuerto, curtido policía, para cerrar con broche de oro su paso por Pirca, dejó la letra y música de un hermoso huayno titulado “Pirqueña”. Hoy, ésta melodía se ha convertido en un himno para los pirqueños; pues, en ella describe a la mujer pirqueña engalanada con su manta labrada y expresa sin fronteras la admiración por su belleza y el amor al trabajo. 

Allá, por el año 2005, en el libro de mi autoría: “Conociendo la provincia de Huaral”, en la página 214, publiqué las letras del huayno “Pirqueña”. Esto motivó que, mi gran amigo Alomías, me enviara una nota muy emotiva dándome las gracias por el gesto de la publicación. Me reservo el legítimo derecho de mantener en custodia la nota dirigida a mi persona. 

A estas horas, luego de enterarnos del sensible fallecimiento de este gran amigo policía, no hacemos más que extender nuestras condolencias a sus familiares y sirva de reflexión para darnos cuenta que, los seres humanos somos pasajeros en esta vida. Pero, algunos como nuestro gran amigo dejan huellas que permanecen en el tiempo para alegría de todo un pueblo y orgullo para quienes tuvimos la suerte de compartir su amistad. 

Descansa en paz amigo. Seguramente, el camino desde Racuchaka hasta Pirca estará regado de flores para que, gallardo, ingreses a Pirca y todos los pirqueños, unidos en un solo corazón, recibirte con los brazos abiertos como te mereces hijo abnegado de este hermoso pueblo.

Finalmente, desde Redención, todos juntos, entre aplausos y con coros de “Pirqueña”, contemplando los hermosos paisajes de tu tierra, Pacaraos; decirte, gracias por haber llegado a Pirca, amigo Alomías Enrique Parraguez Retuerto.

miércoles, 5 de abril de 2023

Huaral: ferias andinas, un camino al desarrollo económico

 Escribe: Pedro N. Castañeda Pardo

Desde hace muchas décadas se ha venido realizando entre los límites de los distritos de Ihuari, provincia de Huaral y Leoncio Prado, provincia de Huaura, la feria de "Los Jueves" en el lugar de Machanchaca. "Esta feria se ha caracterizado, a través del tiempo, porque sirve de medio para comercializar los productos de la zona, así como para realizar el trueque con productos manufacturados de la costa", publicado en el Libro "Conociendo la provincia de Huaral", año 2005. Sin embargo, debido a la pandemia sufrió un obligado descanso en las actividades propias de la feria. 

Ahora bien, los comuneros de Pásac, en Atavillos Alto, Huaral, desde hace varios años, vienen realizando "La feria del Choclo", en el mes de julio, en el pueblo de Pásac. Sin embargo, conversando con muchos amigos y comuneros de dicho lugar, siempre estuvo presente la posibilidad de buscar otras alternativas, como Riguán y Kája. Finalmente,  decidieron el lugar de Kája.

En lo personal, estoy convencido que, promover las ferias agropecuarias es una gran oportunidad para el productor y comprador. Ya que, los precios son más cómodos y están al alcance de la mayoría de pobladores. Con este tipo de actividades se eliminan a los intermediarios que, muchas veces, elevan los precios injustamente. Además, si se realiza una adecuada publicidad se recibirán visitantes de diferentes lugares.

Con motivo de la Semana Santa del año 2023, los comuneros de Pásac llevarán a cabo la feria agropercuaria, artesanal  en el lugar de Kája o Cája. Seguramente, será un buen inicio para los comuneros de este pueblo, con el cual se aperturará la posibilidad de que otros comuneros de pueblos aledaños puedan  exhibir y comercializar sus productos.

Esta feria tiene que ser abierta a todos los pueblos y en diferentes fechas durante el año. Es decir, dar la oportunidad a los pobladores de otras comunidades de Atavillos Alto para que puedan vender sus productos como: el queso atavillano, papas, ocas, maiz, carne, truchas, hierbas aromáticas,  etc.

Seguramente, en unos años estaremos acudiendo, de manera masiva, a este lugar para adquirir productos de la zona andina del valle de Huaral. 

Felicitaciones a los comuneros de Pásac por esta feliz iniciativa. Hemos estado pendientes desde los inicios de los trabajos realizados en la habilitación del terreno y su posterior construcción de los servicos higiénicos y nivelación de tierras.  Kája, simboliza la puerta de ingreso al distrito de Atavillos Alto, provincia de Huaral.

Sin duda, esto servirá de ejemplo para que en otras zonas del valle de Huaral puedan replicar ferias agricolas donde se expendan, por ejemplo, frutas y  emprendimientos.

Comuneros de Pásac, Atavillos Alto, Huaral, iniciando los trabajos de habilitación de los terrenos para la futura feria agropecuaria, en el lugar de Kája o Cája a celebrarse en la Semana Santa 2023.

Comuneros de Pásac, Atavillos Alto, Huaral, habilitando los terrenos para la futura feria agropecuaria en el lugar de Kája o Cája. Se aprecia al comunero, Eleuterio Castañeda Pardo, con el machete en mano talando los montes naturales. Al lado  las comuneras de Pásac apoyan en la labor de limpieza. Al fondo la carretera que se dirige de Huaral a Cerro de Pasco.



miércoles, 16 de noviembre de 2022

Poema: El dolor de mi Atavillos

                                        Autor: Pedro N. Castañeda Pardo

En homenaje a las víctimas de los accidentes de tránsito en el valle de Huaral

De hoy en adelante,
ya no será un noviembre cualquiera,
porque con  sangre guerrera
se han teñido los pajonales
que tranquilos reposaban
en el valle de Huaral.
 
Nos han dejado llorando
nuestros  hermanos atavillanos
que recorrían su patria adorada
uniendo alma y corazón.
 
El silencio ha teñido de rojo
la inocencia de almas atavillanas
que  viajaban por los caminos de siempre
en busca del suspiro que no volverá.
 
Atavillos Alto y Atavillos Bajo
han nublado sus ojos con gotas de dolor,
y un manto lejano ha cubierto el cielo
con flores del campo
que hoy están ausentes, no sé por qué.
 
¿Por qué pues, cerro de mis abuelos
has apagado tantas luces,
mientras el sol y la luna
abrazaban a tus hijos
que alegres viajaban
sobre  tu región?
 
Un noviembre del 2022 que no se olvidará.
Las madrecitas que partieron
ya no llevarán sus mantas de colores,
y los valientes guerreros que se fueron,
sombreros en mano, nos estarán  mirando
que estamos llorando, en busca de perdón.
16/11/2022
 


 

miércoles, 21 de septiembre de 2022

Leoncio Espinoza Herrera postula a la alcaldía de San Miguel de Acos con “La Cholita”

Leoncio Espinoza Herrera


En una entrevista con el señor Leoncio Espinoza Herrera, actual candidato a la alcaldía del distrito “San Miguel de Acos”, por el Movimiento Unidad Cívica Lima- “La Cholita”, nos dio a conocer sus propuestas en caso de ser favorecido en las próximas elecciones del 02 de octubre del presente año.

Pregunta-Señor Leoncio ¿Qué lo motivó postular a la alcaldía del distrito San Miguel de Acos?

Respuesta-En primer lugar, agradezco la entrevista. Conversando con muchos amigos y vecinos del distrito surgió la propuesta de postular a la alcaldía. Ahora bien, como hijo de este pujante distrito conozco su problemática, así como la proyección hacia el futuro. Al respecto, tengo que agradecer las muestras de aprecio que tienen hacia mi persona los pobladores de San Juan, Huascoy y Acos, ya que durante mi gestión como alcalde realicé muchas obras en favor de ellos.


Pregunta-Precísenos ¿Qué obras hizo usted durante su gestión como alcalde en favor del distrito San Miguel de Acos?

Respuesta-  Se realizó muchas obras con recursos propios y por gestión, como son: construcción de la primera etapa de pistas y veredas de la localidad de Acos, Adquisición de terrenos en Acos para la construcción del Centro de Convenciones y Construcción de una nueva Institución Educativa, y proyectar un nuevo Centro de Salud, Mejoramiento de canales de regadío en las tres comunidades, Construcción de la carretera de Parantama a Huascoy y otras más que sería largo enumerar.

Pregunta-¿Qué propone usted para el distrito San Miguel de Acos, en caso de ser elegido alcalde?

Respuesta-  Realizar obras en bien de la población con los recursos de la municipalidad y gestión de las diversas instancias de gobierno. Priorizaremos las siguientes obras en San Juan: continuar el proyecto de traída de agua de Huaroquín, Iniciar el proyecto de puesta en valor del Resto Arqueológico de Chiprac, ampliación y mejoramiento de los reservorios, mejoramiento de las razas de ganado vacuno, construcción de servicios higiénicos y otros. En Huascoy: continuar el proyecto de traída de agua de Huaroquín, mejoramiento de los reservorios de Cochapampa y Apicha, Construcción y mejoramiento de calles, Plazuela de Pucará, Proyecto de la carretera de Caractama a Parantama facilitando el acceso a las cataratas de Huachaj. En Acos: segunda etapa de pistas y veredas, gestionar para elevar de categoría al Centro de Salud para atender a toda la parte alta de la provincia, plaza de armas, colegio emblemático, proyecto del  nuevo palacio municipal, carretera Acos a Buena Vista y otros proyectos.

Pregunta-¿ Qué le pide a la población?

Respuesta-  Pedir a mis paisanos que este 02 de octubre del 2022, emitan un voto pensando en el desarrollo del distrito. También, pedir que voten marcando los cuatro símbolos de “La cholita”, con ello estaremos eligiendo a la doctora Rosa Vásquez Cuadrado como Gobernadora Regional y a este humilde servidor como alcalde del distrito "San Miguel de Acos", puntualizó.



Inauguración de las pistas y veredas de Acos, siendo alcalde don Leoncio Espinoza Herrera. Lo acompañan el padrino de obra General PNP Eugenio Arroyo y la alcaldesa de Huaral, Sra. Anita Kobayashi.

 

Leoncio Espinoza Herrera en Chiprac con pobladores de San Juan

jueves, 20 de enero de 2022

Una mirada a las elecciones regionales y municipales 2022

 


Plaza de Armas de Huaral lugar donde, con motivo de  elecciones, suelen reencontrarse viejas amistades.

Escribe: Pedro N. Castañeda Pardo

Empiezan a sonar los tambores para las próximas elecciones regionales y municipales que se realizará en el mes de octubre. Las encuestadoras hacen su trabajo lanzando pronósticos de los favoritos cuyas preferencias, hasta el día de las elecciones, suelen invertirse. Todavía no se conoce oficialmente a los candidatos; pero, algunos, tímidamente ya  asoman por sus ventanas.

La gente común, los que con sus votos elegirán a las autoridades están más preocupados en el diario vivir: falta de trabajo, delincuencia, alto costo de vida, etc. De ahora en adelante,  se escucharán las más ácidas críticas a los candidatos, los habrá entre contrincantes, ya sea por los medios de comunicación o por  las redes sociales que, sin duda, jugarán un rol importante en este proceso debido a la pandemia.

Muchos de los precandidatos están acudiendo a la vieja estrategia de salir a los pueblos y ofrecer regalos. Por ejemplo, salir en la navidad y dar chocolatadas a los niños, sin tener en cuenta el problema de salud que nos aqueja. Acciones que podrían considerarse como un disparo al aire. Pues, vendrá otro y hará lo mismo. Ya no basta tener plata como cancha, sino contar con equipos de personas preparadas en el uso de las tecnologías de la información y candidatos que tengan arraigo en la población.

Entonces, en estas elecciones ganarán los que usan adecuadamente los medios de comunicación, las redes sociales, los que menos insulten al oponente y, no necesariamente, los que caminan llevando regalos. Es decir, los que emitan mensajes potentes por el Facebook, Twitter, YouTube, Whatsapp, Instagran, etc. En pocas palabras, será una campaña donde los jóvenes y los entendidos en el uso de las tecnologías de la información tendrán un rol protagónico y hasta decisivo difundiendo la imagen y propuesta de los candidatos.  Ahora bien, dependerá de la síntesis, diseño y calidad de la redacción e imágenes que transmitan en las redes sociales y las pintas y gigantografías que se exhibirán en calles y avenidas. Por supuesto, sin desmerecer el carisma y la humildad que cada candidato debe llevar consigo. No ganará el soberbio ni el arrogante. La población está asumiendo una posición crítica frente a los problemas  de la sociedad actual.

Seguramente, vendrán ventarrones de ofrecimientos y cuestionamientos a cada uno de los aspirantes; pero, será decisivo el perfil del candidato. Por ejemplo, para consolidar su imagen, tendrá que aclarar denuncias fundadas que aparecerán, el origen de su patrimonio, sustentar su trayectoria personal. De no hacerlo, será ventaja para el oponente.

Ganarán las elecciones del 2022, los candidatos que describan con mayor claridad la problemática de cada distrito, provincia o región y quienes  plantean propuestas viables. Quiere decir, quien conozca la realidad concreta estará en condiciones de plantear  alternativas de solución.

 Finalmente, en política, la gente ya no es tonta. Te escucha, pero no te cree.

viernes, 14 de mayo de 2021

Atavillos Alto: un dolor que a todos nos afecta

 Escribe: Pedro N. Castañeda Pardo

Vista panorámica de Cochán y Huayura en Pirca. Foto: Pedro N. Castañeda Pardo
Vista panorámica de Cochán en Pirca, Atavillos Alto. Foto: Pedro N. Castañeda Pardo.

Escribo la presente nota, con el dolor en el corazón. En mi distrito están ocurriendo algunas situaciones que es necesario puntualizar y aclarar por parte de las autoridades.  

Se habla del contagio, casi masivo,  del Covid-19, en muchos pobladores de Pásac y Pirca. Recientemente,  acaba de ocurrir la muerte de una madre pirqueña que, a falta de ambulancia, la trasladaron en un vehículo de servicio público hacia la ciudad de Huaral. Ella, sin el auxilio médico, ha fallecido en el trayecto. ¿Diagnóstico? No se sabe.

La pregunta es,  dónde está la ambulancia que le corresponde al distrito de Atavillos Alto? ¿Dónde está el personal del Puesto de Salud de Pirca, en momentos que se requiere de su presencia obligatoria?

¿Se están cumpliendo con los protocolos de bioseguridad entre los pobladores del distrito?

Finalmente, en horas difíciles como estas ¿dónde está la autoridad edilicia? ¿Cuál es el plan de emergencia sanitaria en el distrito? ¿Cuáles son los mecanismos de protección  que se le brinda a la población?  ¿Cuántos millares de mascarillas se han entregado a la población y en qué medida se usan en el quehacer diario?

¿Qué labores educativas y de sensibilización se ha hecho con la población? Por ejemplo, uso obligatorio de mascarillas, lavado de manos, desinfección, etc.

Un llamado al señor, Ricardo Chavarría Oria, gobernador regional, a fin de que, de forma inmediata,  restablezca el personal en el Puesto de Salud de Pirca y se realice una prueba masiva en todo el distrito a fin de que, se pueda detectar cuántos infectados del Covid-19 hay en Atavillos Alto, especialmente en Pásac y Pirca. Que se contrate los servicios de un chofer, de manera permanente, para la ambulancia de Atavillos Alto con sede en Pirca.

El dolor que se siente por la muerte de un paisano, es de un hermano. Las autoridades deberán asumir el rol que les corresponde y, no dejar que éste mal siga haciendo estragos entre nosotros.

 

 

lunes, 12 de abril de 2021

Un voto por la democracia

En horas de la mañana, Pedro Castañeda Pardo y José Naupari Fernández, en el lugar de Racuchaka, Atavillos Alto, Huaral, retornando luego de sufragar en Pirca.

 Ayer acudí a sufragar como la mayoría de ciudadanos. Pero, eso no es novedad; sino, el gran sacrificio que significó para muchos peruanos.

Eran a las 7.45 am., de ayer domingo, cuando me encontraba viajando en la ruta de Pásac a Pirca. A esas horas, pude alcanzar a una persona que, a paso lento iba por la carretera que se dirige a la capital del distrito de Atavillos Alto. Ni bien sintió el sonido del vehículo donde me trasladaba me levantó la mano.

Fue cuando pude encontrarme con las huellas de un hombre golpeado por los años de la vida y que se dirigía a Pirca a cumplir con los mandatos de la democracia. No tenía mascarilla, entonces le obsequié una que llevaba en mi maletín. Fue cuando pude intercambiar algunas palabras. Se trataba de don José Naupari Fernández, más conocido como "Joshé", quien había salido desde su natal Huaroquín a las 5:00 am., y que, luego de caminar desde esas horas le pude dar el alcance en la salida de Pásac.

-Cuando eres pobre, me dijo, don José. Tenemos que ir a votar, porque no tenemos dinero para pagar la multa, enfatizó.

No pude conversar mucho y le trasladé hasta Pirca.

En el trayecto recogí a varios paisanos naturales de Pásac quienes también iban a sufragar a Pirca. En estos lugares no hay movilidad con frecuencia. Así se vive la vida en los pueblos olvidados de nuestro querido Perú y hay que caminar, solamente por cumplir con la democracia.

Don José fue uno de los primeros en sufragar en la Institución Educativa 20382 de Pirca, ubicado en el lugar de Morcoy. Terminado su deber cívico, cuando el sol empezaba a regar con sus rayos aquel esplendoroso paisaje, le llevé de retorno hasta Pásac. En el trayecto, nos tomamos una foto en el lugar de Racuchaka para impregnar aquella jornada de sacrificio de muchos peruanos como don José.

En ese momento se me vino al recuerdo que, en elecciones municipales abundaban los vehículos trasladando a los votantes desde cada uno de los pueblos de Atavillos Alto hacia la capital del distrito. Ahora estaban ausentes. ¿No sé por qué?

Un vivo testimonio de esta jornada ha sido ver como nuestros ciudadanos de Atavillos Alto, a pesar de su edad, caminaron horas de horas desde sus pueblos y avanzaron sorteando el lodo ocasionado por las intensas lluvias sobre la carretera y caminos de herradura, sólo con el noble propósito de dejar un voto en favor de la democracia.

Ojalá, quien salga elegido presidente, no se olvide que el Perú es más grande que un dibujo en papel. 

 

 

martes, 12 de enero de 2021

Entrevista a Pedro Castañeda Pardo: Conociendo la Provincia de Huaral

Hablar de la provincia de Huaral no solamente es referirse a su aspecto político´sino a su historia. Una breve entrevista nos ayuda a tener una visión más amplia de su existencia.

lunes, 7 de diciembre de 2020

Crónica: Un reencuentro con amistades en tiempos de pandemia

 Escribe: Pedro N. Castañeda Pardo

    La tarde estaba asustada, triste, preocupada y hasta podría decirse asombrada. Se cubría entre nubarrones y chispas del sol de otoño que envolvía  el cielo de Huaral. No era para menos, estábamos atravesando, como hasta ahora, la pandemia del Covid-19  que nos tiene asustados a todos.

    Con anticipación, mi amigo Alejandro Marín, me había invitado a una reunión mediante una llamada telefónica. -Hola Pedro, visitame el domingo por la tarde, quisiera conversar  contigo algunos asuntos, me dijo.

 -No hay problema. Trataré de ir, le confirmé. Pero, en seguida pregunté, si era una reunión familiar, amical o social. Además, insistí en la hora; pues, considero que es muy importante para toda reunión.

    Enseguida, el anfitrión me confirmó, con bastante tranquilidad,  que sólo iba asistir otro amigo en común y definitivamente sería en la tarde.

    Efectivamente, llegada la hora de aquel domingo, al ingresar a la casa pude observar en el patio una mesa blanca con tres sillas distantes, donde dos de ellas estaban ocupadas. Pues, el otro invitado y el amigo Alejandro ya estaban sentados. Se protegían con sus mascarillas de marca desconocida.  Entonces, como lo hace la mayoría, en estos tiempos, nos saludamos con un toque de puños poniendo de manifiesto nuestra añeja amistad.

    Me invitaron a sentarme y pude notar alrededor del  patio unas plantas pequeñas de paltas y mangos que adornaban aquel espacio flanqueado por  ladrillos cobrizos.

    Como es de suponer la mesa estaba de separador, no había nada en ella. Entre bromas recordábamos que, en mi caso, no lo había visto a Alejandro desde las elecciones del año 2010, cuando participamos en política apoyando a Fuerza Regional. El otro invitado, a quien tampoco veo con frecuencia, era Marcos Reyes. Fue un reencuentro de viejos amigos, que nos conocimos por los avatares de la política. A Alejandro Marín lo conocí allá por la década del 80, cuando yo era estudiante universitario en Lima y aún saboreábamos los humeantes festejos de la joven provincia de Huaral creada en el año 1976. En cambio, con Marcos Reyes cultivamos amistad en la década de los 90, cuando nos propusimos trabajar por la integración de la floreciente provincia que, desde entonces nos cobija con nuestros problemas e ilusiones. Años después, Alejandro Marín llegó a ser alcalde de Huaral con el Movimiento Democrático Huaralino. Para entonces, existía una resistencia cultural de un determinado grupo en la capital de la provincia que, de una manera disimulada, contradecía al hombre andino como autoridad. 

    Sentados cómodamente sobre las  sillas, conservando la distancia y con las masacrillas danzando acrobacias faciales, empezamos a recordar muchos pasajes de nuestra amistad en esta vida terrenal. Recorrimos imaginariamente toda la provincia. En ella nos topamos con los nombres de muchos amigos que han sido víctimas de esta pandemia. Encontramos a nuestras comunidades campesinas con los mismos problemas de siempre: el olvido gubernamental.

    Recordamos que la vértebra principal de la provincia no está asfaltada. Es decir, la carretera desde Acos hasta Huayllay.  ¿Cómo podemos desarrollarnos entonces? La contaminación nos está ganando. El río, fuente de vida, está empezando a contaminarse.

    En este reencuentro  nos dimos cuenta que los años no  han pasado en vano; pues, como evidencia  de su trayectoria nos han dejado  jardines de canas plateadas que, expuestos al brillo de sol se muestran como los nevados del Keropallka y el Alkay. Sin embargo,  los problemas de la provincia siguen latentes, con el agravante de que están aumentando en el sector salud, ambiente  y educación.

    En otro momento, les comentaba que siempre viajo a la sierra de Huaral, pues vivo enamorado de su geografía, de su río tan hermoso y puro, de aquellos cerros que han sido fuente para escribir muchos versos y más que nada, de la bondad de su gente. Fue cuando surgió el recuerdo de una promesa incumplida, aquella que no se pudo cumplir por las mismas responsabilidades de la vida. Aquella que consistía en recorrer con nuestros amigos todo el valle y llegar a Kollpa a disfrutar de sus aguas termales. Seguidamente, con los ánimos caldeados de emoción y con una  esperanza juvenil quedó en el tintero que, ni bien termina la pandemia del Covid-19 , estaremos surcando el zigzagueante afluente desde la playa de Chancay hasta las cumbres más elevadas de ésta generosa tierra.

    Cuando la tarde se iba agotando, apareció la esposa de Alejandro con unas tazas de café y galletas, cerrando, de esta manera, aquella jornada con la promesa de volvernos a encontrar.

     Nos levantamos. 

    Alejandro nos acompañó hasta la puerta y con un toque de puños nos despedimos. Quedó el patio y la penumbra como testigo de aquella jornada de reencuentro de memorables amistades. Amistades que siguen floreciendo, aun cuando los vientos soplan en contra.
 

martes, 1 de diciembre de 2020

Una mirada al futuro pueblo de Mokón en Pirca

 Escribe: Pedro N. Castañeda Pardo

         Eran a las cinco de la tarde del último domingo de noviembre, cuando la lluvia arreciaba los campos de Atavillos Alto, bañaba todo el paisaje natural. Nuestros ojos no podían contemplar más allá de aquella creación divina; pues, las gotas eran incontables y formaban una especie de cortina en aquel lugar esplendoroso. El viento pretendía juguetear, por momentos, con las recias gotas que caían de manera descontrolada, pero era casi imposible contener la furia de la naturaleza. Transcurrieron unos veinte minutos, en pleno aguacero, cuando  en la carretera, recién afirmada, empezaron a formarse pequeñas venas de agua y éstas, en acequias por donde se deslizaban siguiendo la ruta de la vía. En plena lluvia pude capturar algunas imágenes de aquel espacio, donde alguna vez, cuando era niño, junto a mis padres sembrábamos el maíz en el mes de febrero y cosechábamos en setiembre. Sin duda, aquel espacio tan hermoso, tan histórico, tan único es Mokón, jurisdicción de la Comunidad Campesina “San Pedro de Pirca”.

Parte de los terrenos de cultivo en Mokón, donde se aprecia plantaciones de palta y algunas viviendas dispersas. Foto: PNCP 29-11-2020.

Terrenos de cultivo en Mokón. Foto: PNCP 29-11-2020.

Desde el lugar donde me encontraba, acurrucado y cubriéndome con una manta de plástico pude, entre las gotas de lluvia, contemplar el maizal de Mokón. Entonces, empapado de lluvia, en ese atardecer de mis recuerdos escuchando el silbido de las perdices me reencontré con mi pasado y empecé a mirar el futuro con optimismo.

En efecto, la historia se encarga de escribir nuestros pasos. La sociedad, de manera permanente, está evolucionando y, en este devenir histórico, no solamente está cambiando  la ciencia, la tecnología, el conocimiento; sino también, se presenta una permuta social permanente en nuestras formas de relacionarnos en nuevos espacios en armonía con las normas de siempre, para una adecuada convivencia.

El comercio ha ido tomando otros rumbos, la producción para el autoconsumo, en ciertos lugares de nuestra patria, está siendo superada por la perspectiva de incursionar en nuevos mercados. Estos cambios son imprevisibles.

Mokón desde tiempos remotos, fue muy apetecida para el cultivo del maíz. Hoy, se perfila para el cultivo de frutales como: melocotón, paltas y manzanas. Este espacio maravilloso siempre ha sido el orgullo y la despensa de la Comunidad Campesina “San Pedro de Pirca”.  Se ubica en una franja que oscila entre los 2,645 y 2,900 msnm., aproximadamente, con un clima cálido y presencia del sol casi todo el año, con espacios de unas 9 a 10 horas diarias.

Ahora bien. Desde hace unos años los comuneros de Pirca, con el ánimo de mejorar la agricultura, ayudados por el colectivismo laboral construyeron una represa y el canal de regadío que lleva aguas del río Chilamayo, partiendo de Conanhuaylán para luego de cruzar las laderas de Tará, Culebra Pata y Laylá llegar a Mokón.  

Al respecto, se puede evidenciar que en Mokón se está dando un ligero cambio, con mayor auge desde el 2015 a la fecha. Muchos comuneros vienen realizando plantaciones de paltas, melocotones y manzanas, aunque todavía se resiste el cultivo del maíz. Pero, esto no queda ahí, con el afán de darle una mejor perspectiva a la nueva agricultura y gozar de su clima agradable, los pobladores están edificando sus viviendas a base de material rústico y noble. Podría decirse,  una especie de casa huerta. Esto se ha intensificado en el presente año.

Si tomamos en cuenta este crecimiento vertiginoso, se podría decir que se está gestando las primeras semillas para el surgimiento de un nuevo pueblo disperso, que sería una réplica de lo ocurrido en Atavillos Bajo donde la Florida es consecuencia de Pampas y La Perla de Chaupis, y lo más cercano, está Riguán que pertenece a Pásak donde ya existen las primeras manifestaciones de estos cambios sociales y culturales.

Sin embargo, la historia exige que tengamos un lugar común para enseñar  a las futuras generaciones  que provenimos de los viejos ayllus, organización primigenia, símbolo de unidad.

Recorro con frecuencia la provincia de Huaral y muchas aledañas y, todo nos indica, que en Mokón se están sentando las bases de un nuevo grupo social al cual la historia lo bautizará, quizás, como pueblo, anexo, centro poblado, caserío. Sin embargo, esto nos hace pensar que debemos tener espacios en común. Es decir, para toda la población de Pirca. Todos tienen su terreno y ahí están construyendo sus casas. Eso está muy bien, pero debemos tener un espacio común, por ejemplo donde reunirse. Quizás, de acá unos diez años, estemos reclamando lo que hoy podemos planear.

Por lo tanto, si proyectamos este crecimiento en Mokón, acudiendo a nuestras viejas tradiciones de pueblo comunitario, es necesario diseñar y destinar un espacio en común, donde los nuevos moradores puedan reunirse, por ejemplo: para tratar situaciones de riego, cercos de parcelas, seguridad ciudadana, celebraciones religiosas, etc. Por lo que, se hace necesario contar con espacios destinados para un local comunal, puesto de salud, escuela, capilla y una pequeña plazuela. Por ahora, quizás no se note esas necesidades, pero el tiempo nos irá poniendo en agenda.

Por lo que he visto, hay dos pequeños espacios que podría muy bien asumir el rol de común a todos los pirqueños: la Colca de Santa María (al que considero sagrado por su rol histórico) o Tira. Quizás, muchos no lo sepan, pero los abuelos nos contaban que sus antepasados y siendo ellos, aún niños, en la Colca de Santa María guardaban la producción del maíz de Mokón. Éste espacio debe ser considerado intangible, pues existen pircas que debemos proteger.

En la lomada "Santa María" se encuentra la Colca que era usado como lugar de almacenaje del maíz que se cosechaba en Mokón. Sus características confirman su construcción en la época incaica. Protegerla es obligación de todos.  Apréciase la intensidad de la lluvia al momento de capturar la imagen.Foto: PNCP 29-11-2020.

Tira, lugar de ingreso a Mokón subiendo de Riguán. Espacio lleno de rocas y plantas de Mito donde podría adecuarse para espacios comunes.  Foto: PNCP. 29-11-2020.

Sin embargo, me permito sugerir el lugar de TIRA, debajo de la carretera, antes de la entrada a Puranqui, entre el conjunto de rocas que permanecen rodeadas de las plantaciones del milenario Mito. Justo, donde hace unos 40 años, en época de rastrojo, era la vaquería  o jato de la señora Catalina Pardo García que, por cierto, era mi madre.

Seguramente, algunos no le darán importancia a la presente propuesta; pero, el tiempo juzgará nuestras decisiones. Los cambios se están dando de manera vertiginosa y eso no se puede frenar. Lo importante es planificar para que, con el tiempo, las nuevas generaciones puedan ver que fuimos gente visionaria y que supimos adecuarnos a los cambios que la historia nos reclamaba. Por supuesto, esto no significa dejar de lado a nuestro pueblo primigenio de Pirca, sino que Mokón pasaría a convertirse en su anexo como lo he explicado en párrafos anteriores.

Hablar de Mokón es evocar y encontrarnos con nuestro pasado lejano y cercano. Es escuchar las tiernas melodías de un huayno para bailar tomados de la mano como hermanos, porque este lugar es, ha sido y será nuestra despensa  del maíz, grano generoso que nos  hizo y hace disfrutar de la rica cancha, la chicha, el  mote, la mazamorra de cal, el bollo, el tamal, humita, y otros potajes preparados por el ingenio de nuestras madres pirqueñas.

Tenemos que seguir conservando nuestro espíritu colectivista y comunitario como en los viejos ayllus y que hoy, vuelven a resurgir buscando, quizás, otras alternativas en la agricultura. Pero sobre todas las cosas, teniendo espacios en común que fortalezca la unidad de todos.

En fecha próxima, haré llegar esta humilde propuesta a mi tierra, la Comunidad Campesina “San Pedro de Pirca”, presionado, quizás, por el peso de la historia que va regando sus líneas en cada paso que damos.

Luego de esta reflexión, cuando la noche ya se iba pronunciando y la lluvia seguía lavando la carretera, me despedí de Mokón.

PNCP. 29/11/2020 

martes, 5 de mayo de 2020

¿Las tranqueras en los pueblos serán suficientes para evitar el Covid-19?

Escribe:
Pedro N. Castañeda Pardo

La pandemia del Covid-19 viene golpeando, sin piedad, a nuestro país. Las noticias oficiales cada vez informan que los contagiados y los muertos van en aumento. Ante el avance incontenible de esta enfermedad muchos especialistas se vienen pronunciando en el mundo, dando consejos, para evitar su propagación, mientras no se encuentre la cura definitiva.
Al respecto, de lo escuchado y leído, hasta la fecha, se puede deducir que estamos en una guerra frente a un enemigo desconocido e invisible. Nos ataca y no sabemos en qué momento lo hace. Nos deja sus huellas a manera de miles de contagiados y cientos de muertos.
El gobierno ha dado las reglas básicas para enfrentar al enigmático atacante. La desconfianza está creciendo entre las personas, pues todos somos potenciales sospechosos de transportar el mal. Los expertos recomiendan el lavado de manos, el distanciamiento social o físico, el uso de mascarillas como estrategia para evitar el contagio. En zonas donde todavía no hay presencia de éste mal, se han  colocado tranqueras para evitar el ingreso de personas que puedan llevar consigo el coronavirus; sin embargo, las cifras ya dan cuenta que en pueblos distantes  se están presentando algunos infectados.
¿Serán las tranqueras suficientes para evitar que los pueblos sanos, hasta ahora, se contagien de éste terrible mal? Definitivamente no. Aparte de las recomendaciones científicas para evitar la propagación del Covid-19, hace falta el sentido común de la gente y principalmente de las autoridades. En los pueblos más alejados todavía no hay presencia de ésta enfermedad y, como estrategia para evitar la propagación del mal, solamente se están limitando a que no ingresen las personas desconocidas o que están retornando a sus lugares de origen, descuidando el ingreso de mercaderías que viajan, por ejemplo, de la costa a los pueblos andinos.
No hay que olvidar que el pequeño agricultor del Perú, en su mayoría, produce para su autoconsumo. Asimismo, otro sector se dedica a la crianza de ganados, en pequeña escala, por lo que dependen comercialmente de las grandes ciudades, de donde se abastecen de productos básicos como: arroz, azúcar, fideos, sal y otros de la canasta básica. Sin embargo, estos pueblos no han quedado aislados totalmente. Pues la actividad comercial para su sostenimiento sigue funcionando con transporte ligero. Entonces, quién garantiza que el virus no viaja en las mercaderías?  ¿Qué medidas están tomando las autoridades locales, regionales y la misma población?
A estas alturas, podemos darnos cuenta que el mal traspasa las tranqueras y que éstas no serán suficientes. Más por el contrario,  en los pueblos que no han sido tocados por el Covid-19, la población tiene que asumir las recomendaciones que han dado los especialistas. Es decir,  el cuidado en las compras, el lavado de manos, el distanciamiento social y el uso de mascarillas, a pesar de que no haya evidencias de contagiados.
De nosotros depende. Unidad sobre todas las cosas. Pues, del coronavirus, no se sabe cuándo ni por dónde llega.

jueves, 23 de abril de 2020

Las calles de Huaral en tiempos de pandemia

Plaza de Armas de Huaral en tiempos de pandemia


Crónica de una mañana 
Escribe: Pedro N. Castañeda Pardo
Eran a las 7 de la mañana y tenía que salir de casa. Habían transcurrido casi 40 días desde la última vez que lo hice. Entonces, emprendí una caminata por las principales calles de Huaral. Mi objetivo era llegar al centro de la ciudad, donde se encuentran los principales negocios autorizados por el Gobierno, debido a la cuarentena por la presencia del Covid-19. Desde luego, salí temprano  para evitar colas y poder pagar los servicios básicos de la casa.
En mi recorrido cruzaba de una vereda a otra para acortar el tiempo. Las calles se mostraban solitarias, se apreciaba uno que otro auto circulando en marcha lenta. En las puertas de algunas viviendas se encontraban  autos estacionados llenos de polvo, como si los hubieran desenterrado de algún desierto desconocido. También, me crucé  con algunos  perros que expulsaban su orina con la pierna levantada en los árboles y postes de su vecindario. Uno que otro poblador asomaba para verme pasar.  Por supuesto, que acatando el mandato gubernamental, y por mi  propia seguridad, iba con mascarilla y a paso acelerado. No faltó alguien que salió para ver mi retirada, quizás, confundiéndome con el último avezado que atracó en su barrio antes de la cuarentena.
 A paso acelerado llegué al centro de la ciudad, después de cruzar un damero de casas construidas a base de ladrillos. El sol me acompañó, en algunos momentos,  cuando pasaba sobre las veredas que lucían desoladas por la falta de transeúntes.
En el centro de la ciudad me topé con varias personas que hacían colas para los bancos, farmacias, negocios y agentes. La mayoría guardaba prudente distancia entre las personas que acudían a cada recinto, usando sus respectivas mascarillas. Otros, más osados, tenían las mascarillas como si fueran collares; es decir, lo llevaban en el cuello. Me preguntaba, quizás porque les aburría, negligencia fatal o un desafío a la muerte?. Me crucé con varios soldados elegantemente vestidos, quienes con fusil al hombro ponían orden para el distanciamiento físico entre personas; es decir, el distanciamiento social que se ha hecho famoso en el mundo para evitar contagiarnos del coronavirus.
En plena cola, guardando una distancia prudente, nos saludamos con algunos conocidos, tal vez debido al reconocimiento corporal de nuestra vieja amistad. 
No pude dejar de visitar la Plaza de Armas. Se veía desolada y ningún vehículo ingresaba al corazón de Huaral, salvo los patrulleros, porque los principales puntos de acceso se encontraban cerrados con tranqueras. Pude notar el cielo azul de una mañana de otoño que conjugaba con la negrura de las pistas y el rojizo de la plaza. Las bancas lucían acongojadas y uno que otro cruzaba con temor la sala principal de la ciudad. Contemplé la esquina donde solíamos encontrarnos con muchos amigos periodistas; pero, ésta lucía impávida y solitaria, y como para probar su existencia le acompañaba unos faroles coloniales pintados de verde que se convirtieron en ocasionales testigos de nuestro paso en ésta ciudad de pagos y preocupaciones por seguir viviendo.
Luego, emprendí mi retorno cruzando por el centro de la pista, conservando la distancia sanitaria para no acercarme a otros que llegaban, a esas horas, al centro de la capital de la provincia. En verdad, no había carros como en otros tiempos. Me sentía libre, como cuando solía caminar por los cerros de mi tierra. Lo último que pude ver de la ciudad y con toda claridad fue la calle Luis Colán. En ella, sentado sobre la vereda, mientras unos hacían sus colas para alguna entidad financiera, se encontraba Manuel. Sí, aquel indigente que le ha dado renombre a Huaral, por su fortaleza moral  y física para  imponerse a los designios de la vida. Muchos lo apodan “loco”; pero, creo que simplemente es la estrella viviente de un pueblo que, por ratos, agoniza, pero finalmente sabe levantarse con creces.
Durante mi regreso, que tuvo el mismo recorrido, venía pensando que, en efecto, Manuel es para nuestro pueblo símbolo de fortaleza y grandeza. Él nos ha demostrado que, a pesar de la dureza de la vida, podemos salir adelante. Vencer al nuevo coronavirus depende de nosotros. Hoy nos quejamos de la cuarentena, pero mañana estaremos jubilosos, si cumplimos las reglas como debe ser. Si te crees rebelde e inmune, no lo hagas por los demás, hazlo por tu familia.
Eran a las diez de la mañana y ya estaba en casa otra vez.

lunes, 22 de julio de 2019

Huaral: contaminación del río Baños o Cochamayo


Escribe: Pedro N. Castañeda Pardo

Río Cochamayo, Atavillos Alto, Huaral.
 Con bastante indignación he podido ser testigo de cómo el día 20 de julio del 2019, el río  Baños o Cochamayo ha sido contaminado, de manera irresponsable, sin siquiera saber hasta el momento quienes han ocasionado tan escalofriante situación. Las aguas se mostraban negras y con un olor nauseabundo. Quienes hayan ocasionado esta acción deben ser denunciados por las autoridades correspondientes.
Este río es uno de los más grandes afluentes del río Chancay o Huaral, de ahí la importancia de esta denuncia pública, para que tome acciones el Ministerio del Ambiente y otras autoridades como el de salud, regional, Ministerio Público, etc. 
Indignación porque soy usuario ancestral de dichas aguas. Sin embargo, mi indignación va más allá, porque estas aguas discurren todo el valle de Huaral. En  algunos casos hasta lo utilizamos para consumo humano.
Esperamos que la Autoridad Local del Agua, autoridad municipal, tanto distrital y provincial sepan explicar a la población sobre las consecuencias negativas para la salud, por el  consumo de estas aguas, tanto para riego como para consumo humano. Esta acción irresponsable es considerada como un atentado a la vida por lo que urge la presencia de las principales autoridades.
Para muestra les presento el vídeo garbado por mi persona.


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